Aquello era
cierto.
Cuando
llegué a este centro me contaron una historia perturbadora. Desde hacía muchos
años todos los días 3 de cada mes, a las 3:33 a.m. se escuchaban unos extraños
gritos, o eso decían, porque poca gente se había atrevido a comprobarlo; así
que un día, el 3 de marzo de 1989, fui con unos amigos que quisieron
acompañarme en esta investigación. Nos reunimos a las 00:00 a.m. en aquel
lugar. No habían llegado todavía las 3:33 a.m., y ya se notaban actividades
paranormales, había ruidos sospechosos y ciertas cosas se movían. Más tarde,
cuando llegó la hora, pudimos confirmar aquella hipótesis, y no solo eso,
también vimos lo que parecía la sombra de un militar. Paralizados por el miedo,
lo único que fuimos capaces de hacer fue correr hacia la salida.
Unos días
después, tras mucho investigar, encontré un artículo periodístico publicado
durante la Guerra Civil en el que se citaba este edificio y lo denominaban el
333. Para mi sorpresa descubrí que había sido un centro de tortura donde habían
asesinado a cientos de personas y lo peor de todo, es que ese edificio era el del
actual instituto Martínez Uribarri, pero lo ocultaban para no perder
estudiantes.
Por: E-writer
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