PEQUEÑAS INCRÉDULAS
No éramos más que unas pequeñas
incrédulas que soñaban con un futuro idealizado, dejando de lado el presente y
sus posibilidades. Soñábamos con ese chico ideal, el que sale en las películas y
te deja embobada. También pensábamos en
lo que queríamos llegar a ser en la vida después del IES Martínez Uribarri:
carrera, trabajo, hijos e infinidad de cosas más. Pero lo que realmente nos
perturbaba era si podríamos seguir compartiendo nuestras vivencias con el paso
de tiempo. Puede que solo fuésemos unas
simples amigas en “la vida real”, que hablan de simplezas, discuten por
tonterías y ríen como locas. Pero eso solo era así hasta que, inconscientemente,
nos metíamos en un sueño interminable en el que nadie era bien recibido.
Comprobábamos en cada charla que solo podíamos entendernos nosotras y pese a
que, posiblemente, ambas supiésemos que nada de lo que
pensábamos iba a ser real, siempre coincidíamos en lo mismo: “soñar es gratis”,
ya despertaríamos, aunque no había prisa. Fue la amistad más extraña y a la vez
la más increíble que jamás viví.
Éramos felices cuando nos
juntábamos, esas risas que en algunas ocasiones no cesaban, esos llantos que
nos unían a cada instante… Todos esos
momentos eran los que perdurarían indemnes en nuestra memoria hasta, se podría
decir, el final de nuestros días.
Por: Canela
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