DE LA LUNA A LA PIEDRA
- "Quiero ser astronauta"- pensó Mario.
¡Qué rápido pasa el tiempo! Hacía tres años que lo había conseguido, aunque, la verdad, no se lo esperaba de esa forma.
A sus doce años, iba a pasar al Instituto Martínez Uribarri. Ya tenía claro su futuro, cosa rara a esa edad. Una noche, justo antes de su cumpleaños, tuvo un sueño muy curioso: estudiaba aeronáutica en la Universidad, y entonces le llamaron de la NASA para ofrecerle un contrato de astronauta. No dudó en aceptarlo y firmó todos los papeles necesarios. Al cabo de dos días, iba a emprender su primer viaje. ¡Qué ilusión! Cuando estaba subiendo a la nave, alguien le puso la mano en el hombro y le dijo:
- Mario, has firmado los papeles para ser astronauta. Ven conmigo.
El joven le siguió y, sin saber cómo, después de unos minutos, se encontró convertido en una pequeña figura de la fachada de la Catedral de Salamanca. ¡Vaya sorpresa! Quería ser astronauta, pero no de esa manera. Aunque... ¡quién le iba a decir a Mario que llegaría a ser tan famoso!
Por: Euterpe
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